Para proteger la superficie del vidrio, refinarla o aportarle propiedades especiales, a menudo se aplica un revestimiento. Algunas aplicaciones típicas son, por ejemplo, los vidrios impresos o pintados, revestimientos de metal noble u otras capas protectoras. Gracias al cambio continuo de aire y la circulación forzada, las cámaras térmicas, los armarios secadores o los secadores de cámara son idóneos para los procesos de secado o cocido de revestimientos hasta 360 °C. Para los procesos de secado de piezas o revestimientos en que se liberan disolventes inflamables, los hornos se pueden equipar con la técnica de seguridad correspondiente conforme a EN 1539. Si el revestimiento no solo se va a secar sino que también se va a cocer, se requieren temperaturas más altas. Para este cometido, son particularmente idóneos los hornos de cámara con un buen aislamiento de ladrillos con calentamiento por radiación o los hornos de circulación de aire. Con un equipamiento opcional completo, como el bastidor de carga con placas extraíbles para hornos de cámara o placas extraíbles para hornos con circulación de aire, los hornos se pueden adaptar a los requisitos individuales.